A ver si me relajo....

... y se me pasa la histeria del viaje, que últimamente ando que ni yo me aguanto. Ains...

Dedicado a mis gorditas (entre otr@s)

Pues resulta que al final era cierto, que para gustos colores y que, como decía la canción, todo depende. Mientras nos respetemos, todo vale.

Éste es un microcuento de Pia Barros para recordaros y recordarme que sí hay en el mundo quien os quiera y que ese producto que sois, que habéis creado a lo largo de años, es único, preciado y amable.

“… Él amaba sus pechos anchos caídos como lenguas mansas sobre su abdomen abultado. Le gustaba recorrer su cuerpo lleno de curvas, de excesos, de pliegues, de blanda acogida. Tocarla era el presagio del placer y el abrazo le hacía perder los límites de su propia piel confundida en la de ella. Nada se comparaba a su cuerpo lleno de historias.

….El día en que se fue sin aviso, él se prosternó ante la desolación. Cada tarde fue un espiar por la ventana aguardando su regreso. Tres meses después, los conocidos golpecitos rítmicos lo estremecieron. Parecía ella, sólo que reducida, estirada, tensada como una cuerda. Buscó beber sus pechos, la abrazó, la desnudó lleno de besos y sentido, pero el hálito de goma, la dureza de sus caderas, el vientre plano…

… Cuando ella despertó, no pudo explicarse el cuerpo tan amado, balanceándose desde la viga principal. En los ojos del suicida se leía la orfandad.”


(Bueno sí, es un poco trágico, pero a mí me gusta. ¿Y a vosotr@s, qué os parece?)

Llevo varios días evitando concienzudamente...

... hacer la maleta, cumplir con compromisos y preparar cosas serias e importantes. Mis niveles de playa, sol y diversión aún no son óptimos, me temo, por lo que no puedo perder el tiempo con nimiedades.

Me encantan los planes espontáneos

Quedar por la noche, levantarse, desayunar, ir a la playa, comer, cafetear.

Quedar a las 4 de la mañana después de un concierto.

Quedar para darse un baño y acabar paseando por Vejer a la 1 de la mañana y cantando a pleno pulmón Jesucristo García en un coche.

Me encantan esos planes que sabes cuando empiezan pero no cuando acaban. La próxima vez que salga me llevo los skis... por si acaso.