jueves, 19 de noviembre de 2009

Y tú, ¿cómo estás?

El otro día bromeábamos E y yo por teléfono. La duda existencial de esta semana es…. (complete según corresponda). He llegado al punto en que me tengo que reír de mí misma. No puede ser tanta indecisión. Un día me levanto y me gusta ser profesora, el siguiente lo odio. Un día tengo una epifanía reveladora sobre algo, pero a los dos he cambiado de opinión. Y al tercero he vuelto a la primera…

Desde que me he abierto las puertas a ser más libre que nunca y a no tener que fichar en el patrón de casa.puestofijo.coche.hijos. me siento mejor. Ahora mismo estoy muy muy tranquila y feliz de ser yo, de entrar y de salir, de sentir intensamente todo lo que siento sin dejarme llevar por esos sentimientos más de lo necesario. Eso sí, desde que estoy aquí tranquila en mi burbujita, no tengo ni idea de si vengo o si voy.

Claro, se podría decir que la burbujita está fuera del tiempo y que ante esa felicidad ilusoria, la realidad me espera fuera. Pero tampoco le tengo miedo a esa vida si llega. Es sólo que el coste de esperarla es demasiado alto. Y ahora soy muy yo y me siento libre, con el corazón ligero, lleno de arte y mucho amor. Me gusta saber que aprecio la bondad de la gente que me rodea y que mis amistades, las viejas y las nuevas, me conocen de verdad y yo a ellas, son sinceras.

Y yo se que os hago daño con mis cambios. Os ilusiono, os decepciono, os desoriento y a veces parece que no sois importantes. No se me olvida que esto tiene un coste para vosotros también, aunque no me lo reprochéis. Sólo puedo decir que lo siento, que sigo en búsqueda aunque a veces no sepa de qué.

Por lo pronto, para combatir este incesante descalabro mental, he decidido probar algo nuevo. No pensar (demasiado) … Ya os contaré.