Vivo sola... casi siempre. De vez en cuando oigo ruidos. Golpes secos, puertas que se abren y se cierran, pies que recorren de arriba abajo la escalera estrecha de mi casa.
Puedo pasar días enteros sin encontrarme a mis compañeros de casa, y eso que somos cinco. Y eso que estoy en casa casi todo el día...
Se que están ahí porque de vez en cuando me encuentro movidos los muebles, o encuentro unas botas de trabajo en el salón...
De todos modos, no me quejo, porque cuando me los encuentro, ni las caras ni las conversaciones son demasiado agradables, así que, hasta que pueda cambiarme de casa, mejor seguir viviendo sola.
